La agroexportación nacional siguió creciendo en el 2021, pese a la pandemia, alcanzando grandes logros, como la consolidación del Perú como segundo exportador de palta en el mundo; sin embargo, el problema del transporte marítimo que, de no resolverse, puede afectar nuestra imagen como exportadores de productos de calidad.
Así lo advirtió Sandra del Carpio, fundadora y gerenta general de Greenland Perú, empresa exportadora y comercializadora de frutas y verduras frescas, quien comentó que uno de los retos que enfrentará la agroexportación en el 2022 es el problema logístico del transporte marítimo que se refleja en la escasez de contenedores y también en los cambios de rutas que ocasiona que los productos demoren más tiempo en llegar a su destino.
“Al tener ahora esta situación (del transporte marítimo), estamos expuestos a que sea muy delicado el tema de calidad a la llegada. Necesitamos tiempos de tránsito reducidos para que nuestros productos frescos lleguen en óptimas condiciones. Supuestamente, en todo este transcurso de años tendríamos que haberlo potencializado, pero en todos estos meses en vez de mejorar, el tema de tránsito ha empeorado. No se sabe cuándo va a llegar un contenedor. Y no solo es eso, el costo del contenedor ha subido entre 20% y 30%”, señaló preocupada.
Tras indicar que una empresa tiene que ser competitiva para mantener su presencia en todos los mercados, indicó que Greenland Perú ya es reconocida internacionalmente como una empresa exportadora y comercializadora. “Me da gusto que empresas grandes o supermercados que son muy exigentes, nos reconozcan, a pesar de que el trabajo que hacemos es de varios agricultores y llegar a tener la misma calidad de todos ellos, el trabajo es muy fuerte, muy duro”, añadió.
COMPETENCIA
Comentó que otro reto de la campaña actual es que cada vez hay mucha más competencia y enfrentarla es mucho más difícil, sobre todo, para los pequeños y medianos productores.
“Las grandes empresas tienen cómo llegar a países más lejanos fácilmente porque tienen volumen. Los pequeños agricultores también merecen y requieren el llegar hacia otros países y que sea conocido también su producto. El reto que Greenland Perú tiene es tener presencia en todos los mercados y hacer que la fruta de los pequeños y medianos agricultores lleguen hasta el último rincón del mundo con la mejor calidad”, expresó.
CRECIMIENTO ABISMAL
Con casi 30 años en el rubro de la agroexportación, Sandra del Carpio dijo que desde 1992 – año en que ella empezó en este actividad- hasta el 2022, “el crecimiento ha sido abismal”.
“En ese entonces el Perú exportaba productos agrícolas que servían como colorantes, como la cochinilla, el airampo, el achote, el maíz morado. Las áreas de producción eran muy pequeñas y se tenían que acopiar de muchos sectores del país. En el año 1995 empezó a crecer el tema de exportación de cebolla amarilla y paprika, teníamos dos productos que podíamos comercializar en dos continentes con volúmenes interesantes. Como siempre en Perú podíamos obtener cantidad y calidad que sorprendía a los importadores”, recordó.
“Nuestra tierra es bendita y con 84 microclimas -de 115 a nivel mundial-, nosotros podríamos producir campañas muy largas. La debilidad era que las áreas cultivables eran muy pequeñas, no había agricultores de grandes hectáreas. Las condiciones eran difíciles, pero Perú supo vencerlas. Poco a poco vi cómo el Perú, por las condiciones de suelo, clima y agua, pudo crecer más. Y la atracción de los exportadores e inversionistas extranjeros hizo poder confiar en el Perú y crecer como se ha crecido hasta hoy”, afirmó.
Mencionó que la agroexportación cambió a frutales porque ya el Perú era un país que emanaba confianza. Empezaron los cultivos en uva, granada, cítricos y luego la palta. “La palta la produjeron más en Chincha, en Cañete, luego en los grandes proyectos como Chavimochic, Olmos. Perú tenía no solo la confianza económica de crecimiento, sino que podía tener la cantidad y la calidad del producto que requería el mercado exterior”, afirmó.
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL
En otro momento, la gerenta general de Greenland Perú hizo un reconocimiento especial a ProHass y otras instituciones de agroexportadores, como AGAP, indicando que sin su participación no hubiera crecido tan rápido las exportaciones. También destacó la labor de Promperú indicando que ha sido un pilar para sacar las promociones, ya que antes no había tantas ferias como hay ahora.
Indicó que la palta es uno de los productos que ha crecido bastante en forma internacional y que, si bien es importante trabajar en el crecimiento del mercado de Asia y lograr aumentar el consumo de este fruto, enfatizó que tenemos un mercado interno que deberíamos explotar, pero promoviendo su consumo con precios accesibles y no tan cara como está ahora.
“Hay que dinamizar el consumo de la palta Hass. Si el peruano consumiera la misma cantidad que consume el chileno, en este momento el consumo ya estaría tan enraizado que la gente demandaría más palta, pero no podemos hacer promociones en supermercados vendiéndola tan cara”, anotó.
GREENLAND PERÚ
Ahora convertida en una feliz abuela, Sandra del Carpio dijo que creó Greenland Perú en el 2005, a pedido de importadores internacionales, y se convirtió en el soporte comercial de muchos pequeños y medianos agricultores. Recordó que, precisamente, empezó con un grupo de productores de cebollas que cambiar al cultivo de palta y de ahí se dedicó a incentivar el crecimiento de este fruto.
“Lo que ya nosotros hemos trabajado para que nos reconozcan empresas grandes afuera, no ha sido trabajo de un año sino de muchos años, un trabajo arduo y perseverante, de muchos sacrificios, recorriendo todo el país. No somos gigantes, es más no tenemos ni tierras, pero si somos reconocidos. Es una empresa que tiene 80% solo mujeres, les doy oportunidad a madres de familia o a chicas jóvenes para poder ser capaz de desarrollarse profesionalmente en este sueño que, para mí, es la exportación de productos agrícolas”, dijo orgullosa Sandra del Carpio.
